Imagina esto: compras unos apliques de pared que te parecieron “divinos” en la tienda. Los instalas, enciendes la luz y… ¡horror! O parecen faros de coche directo a tu cara o no alumbran ni para encontrar el control remoto. ¿Te ha pasado? Pues sigue leyendo, porque hoy te voy a contar lo que SÍ y lo que NO debes hacer con los apliques de pared para que no termines odiando tu elección.

Lo que SÍ debes hacer ✅

1. Ubicarlos con inteligencia 

No pongas un aplique solo porque “queda bonito”. Antes, pregúntate: ¿necesitas luz ambiental, decorativa o funcional? No es lo mismo iluminar un pasillo que querer una luz cálida para leer en la cama.

2. Elegir el tipo de luz adecuado 

Si pones una luz fría en un rincón acogedor, adiós encanto. Opta por cálida (2700K-3000K) para ambientes relajantes y neutra (4000K) para zonas de trabajo. Luz blanca de hospital… ¡prohibida si no quieres sentirte en una sala de espera!

3. Cuidar la altura de instalación 

Un aplique mal colocado puede deslumbrarte o hacer sombras raras. Lo ideal: entre 1.50 y 1.80 metros del suelo en pasillos y salas. Para dormitorios, unos 50 cm sobre la mesita de noche.

4. Jugar con materiales y diseños 

Madera, metal, cristal, fibras naturales… hay opciones para todos los estilos. Pero ojo, si tu pared es rústica y metes un aplique ultramoderno, igual parece que alguien dejó un OVNI aterrizado ahí.

apliques de pared espejo baño
Apliques de pared de tubo para espejos de un aseo

Lo que NO debes hacer ❌

1. No elegir apliques solo por estética 

Si no revisas cuánta luz dan, podrías acabar con una pieza preciosa pero inútil. Un aplique demasiado opaco o que dirige toda la luz al techo puede quedar muy “artístico”, pero inútil para ver lo que tienes delante.

2. No usar luz demasiado intensa 

Los apliques no son reflectores de estadio. Si usas bombillas demasiado potentes o mal direccionadas, podrías terminar cegado cada vez que entras en la habitación.

3. No descuidar la instalación eléctrica 

Nada de cables a la vista como si estuvieras en un laboratorio de Frankenstein. Planifica bien si necesitas una toma oculta o si vas a optar por modelos con enchufe.

4. No olvidarte del tamaño del aplique 

Si tienes un espacio reducido, un aplique grande puede parecer un armatoste. Y si es muy pequeño en una pared grande, se perderá en la inmensidad como si fuera una estrella fugaz.

¿Conclusión? El aplique ideal EXISTE (si sabes cómo elegirlo)

No es cuestión de suerte, sino de estrategia. Si aplicas estos consejos, lograrás que tus apliques no solo se vean bien, sino que iluminen con propósito. Ahora dime, ¿vas a seguir comprando apliques solo porque “te gustan” o vas a elegir como un experto? 

Te dejamos aquí nuestra variedad de apliques de pared para que elijas el ideal para ti. 

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